Argentina vota entre el miedo a Milei y la rabia contra Massa

Los sondeos anticipan un resultado muy ajustado en la segunda vuelta entre el oficialista ministro de Economía y el economista libertario de La Libertad Avanza.

General19 de noviembre de 2023 RH
Argentina elige

Cuando se cumplen 40 años de democracia, Argentina encara las elecciones que se celebran este domingo con desencanto, resignación y angustia. El deseo de cambio, latente en una sociedad que se ve en un abismo que evoca al corralito de 2001, se ha concretado finalmente en dos opciones que encarnan la rabia o el miedo, el caos o la continuidad, la motosierra o el hegemonismo de la enésima edición del peronismo. Unos 35,8 millones de votantes han de elegir entre el economista libertario Javier Milei y el ministro de Economía, Sergio Massa, que aspiran a entrar en la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre. El resultado es el más incierto en las últimas décadas. 

"Tengo la sensación de que la ciudadanía es un convidado de piedra que observa cómo se reparte el poder. La democracia está muy debilitada por el nivel de pobreza, por la enorme inseguridad, por el descrédito de los políticos… Hay un gran nivel de angustia y temor gane quien gane porque el voto será emocional: o por miedo o por enojo. No se elige un programa o un destino", afirma la periodista y ex senadora Norma Morandini, que observa desde Madrid esta extraordinaria cita con las urnas. 

"La gente ha naturalizado el hecho de votar y para el argentino es muy importante. Pero la democracia no ha servido para resolver los problemas de Argentina. No se pone en cuestión la democracia sino a los políticos. La sociedad argentina está atravesada por un nivel de desencanto con los dirigentes monumental. Hay quienes confían en que termine algo. Y otros tiran los dados. El proyecto alternativo es poco confiable. Hay mucha resignación", confiesa desde Buenos Aires el periodista y analista político Jorge Luis Sigal. 

Las encuestas prevén una disputa muy igualada, con ligera ventaja para Javier Milei (una media de 2,3 puntos que entra dentro del margen de error). Milei, a quien apodan El Loco aunque él prefiere presentarse como un león, es la gran sorpresa en la política argentina desde su irrupción en la Cámara de Diputados en 2021. Lidera la Libertad Avanza y ha convertido la motosierra en su símbolo en la campaña electoral. En los últimos días desde su partido se dijo que iban a denunciar un "fraude colosal" pero luego no han llevado a término su amenaza. Para evitar irregularidades cuentan con el Pro, el partido de Mauricio Macri, y voluntarios de Juntos por el Cambio.

Milei, el candidato disruptivo

Histriónico y verborreico, Milei logró ser popular gracias a su presencia en los platós de televisión. Fascina a los jóvenes menores de 30 años, quienes creen, como él, que no hay por qué temer lo desconocido "cuando ya estás en el infierno". Es decir, en un país con una inflación que ronda el 142% y cuatro de cada diez son pobres. "Viva la libertad, carajo", es su grito de guerra con el que concluye sus mítines.

Sigal apunta que los jóvenes vuelven a irse de Argentina porque no tienen horizonte: "¿Cómo no van a aspirar a un cambio? ¿Cómo no van a querer que todo salte por los aires?". Morandini le describe como "una persona psicológicamente herida para un país psicológicamente herido". Y añade: "No se puede entender el surgimiento de Milei sin reconocer el daño del kirchnerismo, su concepción de poder autocrático, hegemónica, la corrupción, y sin esa utilización del pasado trágico para hacer política. Los pibes de la liberación de las arengas de Cristina Kirchner han generado a los jóvenes libertarios del mercado".

Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta. Milei es ahora la alternativa al oficialismo en lugar de la derecha moderada de Juntos por el Cambio, que presentó como candidata a Patricia Bullrich, quien ahora pide el voto para el libertario.  

 Con el sistema asociado al peronismo hegemónico en las últimas décadas. Solo hubo una segunda vuelta en 2015, cuando ganó el conservador Mauricio Macri al peronista Daniel Scioli. En 2019 volvió al poder el peronismo/kirchnerismo con Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta. Milei es ahora la alternativa al oficialismo en lugar de la derecha moderada de Juntos por el Cambio, que presentó como candidata a Patricia Bullrich, quien ahora pide el voto para el libertario.  

 
Un dilatado proceso electoral
El proceso electoral en Argentina dura ya más de seis meses, desde que empezó la selección de candidatos para las primarias. El voto bronca que encarna Javier Milei y recupera ese 2que se vayan todos", triunfó en las internas partidarias (PASO, primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) del 13 de agosto. La selección final de los candidatos de los partidos se realizan en Argentina en estas peculiares primarias. Javier Milei fue el candidato más votado y Patricia Bullrich desbancó a Horacio Rodríguez Larreta, más moderado, en Juntos por el Cambio. 

La Unión por la Patria quedó en tercer lugar por primera vez en su historia con Sergio Massa como cabeza de lista. El oficialismo prestó ayuda a Milei para fiscalizar las elecciones: le convenía que la derecha se dividiera. Los partidos en Argentina tienen observadores (fiscales) en las mesas para evitar el fraude. También fue una buena noticia para Massa que el centrista Larreta quedara fuera. Es decir, aunque pareciera lo contrario, el resultado no sepultaba a Massa, sino que le daba esperanza. Y eso en un escenario en el que dos terceras partes de la población argentina quieren cambio. 

En la primera vuelta del pasado 23 de octubre ganó el oficialismo liderado por Sergio Massa con un 36,7% de los votos y el libertario Javier Milei pasó con él a segunda vuelta con el 30%. Y perdió sus opciones Patricia Bullrich, que había sido ministra de Seguridad con Macri. La suerte sonreía a Massa, aunque sus asesores hubieran preferido que quedara en segundo lugar para que calara más hondo el mensaje de que la victoria de Milei será un hecho si Massa no reúne suficientes apoyos. 

"Massa había logrado que la oposición se dividiera y lo consiguió con la irrupción de Javier Milei, a quien ayudó el oficialismo pero también la impericia de Juntos por el Cambio que no supo reaccionar ante el fenómeno. También Massa consiguió recuperar el apoyo electoral necesario con aquellos votantes que ya le vieron en primera vuelta como el mal menor. Y frente a Milei siempre tendría mejores opciones porque es el candidato que iba a contar con más dificultades de sumar todo el voto de la oposición", explica Lucas Romero, politólogo argentino y consultor en Synopsis Consultores. 

Dos políticos antitéticos

Así llegan a esta segunda vuelta dos políticos antitéticos, como quedó reflejado en su cara a cara del domingo 12 de noviembre. Sergio Massa y Javier son, respectivamente, la encarnación de la profesionalización de la política y de los outsiders que encarnan el hartazgo con el establishment. 

Como candidato de Unión por la Patria, el oficialismo, está Sergio Massa, pragmático, hiperprofesional, excelentemente preparado y bien asesorado por el equipo de consultores que llevó a Lula de nuevo a la Presidencia y por Antonio Gutiérrez-Rubí, a quien llaman el Catalán en el hemisferio sur. Ideograma, la consultora de Rubí, hizo posible la victoria de Gustavo Petro en Colombia. 

La campaña de Massa se ha basado en dos estrategias manejadas con gran habilidad: Massa es cambio, y Massa evita el desgobierno que representarán Milei. Para sorpresa de muchos Massa, ministro de Economía y presidente de facto, ya que Alberto Fernández lleva fuera de escena semanas, se presenta como "la Argentina que viene". Por eso también desaparece del foco Cristina Fernández de Kirchner. "El 10 de diciembre comienza algo nuevo", dice su video de campaña. Asegura que encabezará un gobierno de unidad.

¿Es un candidato de cambio cuando es el ministro de Economía en un país con un 142% de inflación? Es una pirueta narrativa muy ambiciosa, pero combinada con una campaña del miedo apoyada con recursos públicos y su red clientelar es eficaz. 

En las estaciones de ferrocarril los argentinos ven estos días una comparativa entre lo que cuesta ahora el billete y lo que supuestamente costaría con Milei. Y esa misma operación se aplica en las universidades con las tasas. O con las jubilaciones. Con esta estrategia han logrado que Massa no tenga que rendir cuentas sobre su gestión, aunque se enfrentaron a la escasez de gasolina, y eso hizo que perdiera apoyo, ni sobre la cadena de escándalos en el oficialismo, el último sobre una red de espionaje. 

Para terminar de armar su defensa, que se presenta como el demócrata frente al Loco ultraderechista, ha recibido el apoyo de mandatarios internacionales como Lula da Silva, Gustavo Petro, en un manifiesto, o un video de Pedro Sánchez. En otra declaración apoyan a Milei desde el Premio Nobel Mario Vargas Llosa al ex presidente español Mariano Rajoy. 

Libertad y leyes del mercado

Frente a Massa, está el outsider Javier Milei, un economista libertario a quien apoyó el empresario Eduardo Eurnekian, conocido como El Armenio, con apenas dos años de experiencia política. Al oficialismo le vino bien, tanto que animó su crecimiento, pero ahora ya está fuera de control su Frankenstein. 

Su credo se resume en aplicar las leyes de mercado a todo: individualismo feroz y libertad en grado sumo. Así dice barbaridades como que podría haber un mercado libre de órganos o arremete contra el Papa, en un país orgulloso del Pontífice argentino. En esta segunda vuelta se ha retractado de suprimir los subsidios, ha pedido perdón a Francisco (a quien no le gusta Milei pero tampoco Massa) pero sí mantiene que aplicaría la dolarización de la economía. 

"Es la pelea entre un político hiperprofesional y uno de los más inexpertos y brutos en campaña electoral. Massa ha sido candidato en nueve de las 11 elecciones. No comete errores. Pero esa asimetría se termina equilibrando por el enojo contra los políticos. Como dice Pablo Stefanoni, la rebeldía se ha vuelto de derechas. Y sus seguidores conectan con ese liderazgo porque es políticamente incorrecto. El problema es conseguir la mayoría. Y por eso le demonizan", añade el consultor Lucas Romero. 

Milei es una especie de ángel exterminador, pero dada la corrupción del sistema y la falta de transparencia, puede actuar como catalizador del sistema"

La sombra de Macri y Cristina Kirchner

Hay otro factor relevante que hay que tener en cuenta. Desde el día después de la primera vuelta, el ex presidente Mauricio Macri se acercó a Javier Milei con la pipa de la paz. La candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, participó en el ultimo mitin de campaña en Córdoba junto a Milei. Córdoba, que fue clave en la victoria de Macri en 2015, también es vital par los intereses del libertario: necesita ganar por un 70-30 en Córdoba y aún así la provincia de Buenos Aires, dominio del oficialismo, tendrá la última palabra.  Uno de cada cuatro votantes viven en el Gran Buenos Aires. 

Macri ha pedido el voto para Milei y ha influido en el libertario en este último tramo de campaña. "El Milei de estos días es un Milei descafeinado que se acerca más a una copia china de Macri que al Milei antisitémico de principios de años. El sistema ha ordenado bastante a Milei. Ahora es un candidato de centroderecha similar a lo que estamos acostumbrados en Argentina", señalaba el consultor argentino Gonzalo Sarasqueta en un encuentro en Casa de América. 

En la Cámara de Diputados ningún partido tiene la mayoría: los peronistas cuentan con 198 representantes, Juntos por el Cambio tiene 93 y la Libertad Avanza solo 37. Hay 34 senadores oficialistas, 24 conservadores y ocho del partido de Milei. 

Norma Morandini reconoce su impotencia y su tristeza ante esta convocatoria electoral. "Los que miran al poder votan a Massa. Los ciudadanos de a pie, enojados y empobrecidos, a Milei. Es la verdadera grieta que parece una zanja. Gane quien gane se configura una realidad política desconocida y por eso da miedo. Paradójicamente, también esperanza". 

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